viernes, 2 de mayo de 2014

UN DESIERTO EN LA LLUVIA ( 2ª Fase en la III Edición del Concurso de microrrelatos de la Fundación Pública Gallega Camilo José Cela)



 
Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, pero hoy esta lluvia me cala. Me sobrepasa cada gota que, de manera incansable, cae sobre el asfalto gris de esta aletargada ciudad. Hoy me he dado cuenta de que ya no formo parte de la silueta famélica de sus enclenques calles y que quisiera ser vomitado fuera de ella. Cada día encerrado en su rutina me hace sentir que me ahogo. Necesito encontrar un desierto sin límites, sin sombras que me persigan, sin tráfico que ametralle mis oídos y sin gente que camine aborregada en hora punta.
 Quiero que tu ausencia ya no me importe y me abandone para siempre la idea de tu recuerdo pero con esta lluvia no puedo. El sonido del agua estrellándose en la acera del portal de mi casa invoca al de tus tacones de mujer fatal diciéndome adiós aquel día, llevándote el paraguas que nos cubría. La humedad de la atmósfera ahoga mis pulmones cargados de tu polución. Crece mi asma cuando te veo. Tu impasibilidad ante el aguacero que cae sobre mí me acatarra aún más.
Hoy, aunque llueve sin ganas es cuando más te deseo.

2 comentarios:

  1. Querida soledad; imploro invadas las suplicas de la necesidad interna.
    ¡¡ explosión de deseos !!

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  2. A veces, la lluvia viene bien. Gracias Bao Yonggan.

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