Imagen tomada de internet. |
Las horas en silencio dentro de mi cabeza,
mientras hablo con el mundo a gritos,
dejan a mi piel afónica de las caricias del
viento.
Extranjera dentro de mi cuerpo, apátrida de
la vida.
Caminante en el sendero que lleva a ninguna
parte.
Ausente de mis propios momentos.
Ni soy, ni fui, ni seré alma en pena vagabunda.
Una brújula con un norte magnético
equivocado en el mapa de mi bolsillo.
Un cuaderno de bitácora, vacío, aún por
escribir.
Destino eventual de laberintos para mis pies.
Tórridas dunas de arena que avivan mi sed.
Pesadilla noctámbula en medio de una noche
eterna.
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