jueves, 7 de agosto de 2014

RESPIRAR

Es darme cuenta de que
ya no te respiro
y la asfixia me impide tomar
bocanadas de aire nuevo que me devuelvan la vida.

Enrédate conmigo en la maraña
que me cubre
y escondámonos en un laberinto
de abrazos interminables
donde nadie nos encuentre
porque nadie nos busque.

Te invito a que me corrompas
con tus miradas febriles.
Te invito a que me gastes la piel,
a que me uses,
a que me acabes.
Te invito a caer en un estado de embriaguez
en donde susurros compartidos
nos lleven a la locura con su atrevimiento.

El sentido común,
inconsciente,
convierte en dócil mi rebeldía.

Invítame a darte todo
sin pedir nada.
Invítame a sacudirte las ganas,
a zarandearte la vida,
a avivarte el ansia.
Invítame a conocer
lo que no se ve en tu superficie
y encontrar esa cueva para refugiarme.

Enmaráñate conmigo en este enredo
que me deja
en cueros el alma frente a la tormenta.
Ven y llena mi inocencia
con tu sabiduría.

Es darme cuenta de que
me asfixio con el aire nuevo
y, entonces,
te vuelvo a respirar para seguir viviendo.



( Locarno, 02 agosto de 2014.)





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