viernes, 29 de agosto de 2014

FRÍO


No quiero hablar con nadie
si ya no puedo hablar contigo.
Las palabras no dichas
permanecerán atrapadas 
en ese lugar de la garganta 
en el cual solo se pronuncian las verdades.
Se enquistará un grito callado por siglos
y crecerá poco a poco un lamento 
apenas imperceptible. 
Ya nada importa
si tu no escuchas lo que mis ojos decían
al clavarse en tu mirada.
Todo carece de sentido
si el calor de tus gestos se ha ido contigo
dejándome a la intemperie.
La más puta de las tristezas
quiere anclarse en mi puerta 
pero hasta el frío de mi boca la congela.
Hay noches en las que por más que me tape,
no consigo entrar en calor.
Hay fríos que los llevamos dentro...

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