jueves, 29 de mayo de 2014

LA LLUVIA EN TI



 
Que no te toque la lluvia que cae suavemente y cala en tu piel.
Instalará su frío en tus huesos y ya nunca podrás sacarlo.
Que no te toque la lluvia que se precipita suicidándose contra suelo.
Te quitará los cálidos latidos y dejará un sonido mecánico en tu pecho.
Que no te toque la lluvia imprevista.
Te embriagará con su dulce sonido y después te olvidará.
Que no te toque la lluvia voraz.
Te arrancará el alma a pedazos y los arrastrará con ella.
Que no te toque, niña, la lluvia
porque te hará bailar sola en medio de ningún lugar.
 

lunes, 26 de mayo de 2014

ARMONIA DISONANTE


 
Él le robaba al silencio momentos de quietud
y ella ponía música al aire con sus interminables palabras.
Dos vidas separadas y un solo aliento.
Cuando se unían, ella convertía sus vocablos en silencios
y él le regalaba los suyos en sigilosas caricias.
Inmortales durante un escaso tiempo.
Vidas antónimas con sentimientos sinónimos.
Condenados a entenderse en una afinidad temporal
con disonancia circunstancial.

jueves, 22 de mayo de 2014

CONFUSION


Quise un día alzar mis dedos para rozar el aire en lo alto
y sentir ese grado de libertad que experimentan las aves
 cuando cruzan su inmensidad.
Quise mojar mis pies con las olas traviesas que,
sin saberlo o tal vez queriendo,
mueren en la tentadora orilla
y poder conocer así
la profundidad de mi alma,
que escuece como la sal del océano.
Quise fundirme en la tierra
para ver acontecer la vida que allí muere
y que con su muerte no hace más que volver a nacer
formando otro nuevo ser.
Pero ocurrió que cuando por fin me decidí a ello,
el aire dejo de soplar
y la libertad no existía.
El mar se secó y con él,
la escozor de mi alma.
La tierra agrietada, se cansó de ver
como otros disponían de la vida y la muerte a su antojo,
sin respetar su paradoja.
Y yo, quedé presa, confusa y sin vida.

 

 

lunes, 19 de mayo de 2014

VIDA INERTE



 
Víveme hasta que me mueras.
Entonces, y sólo entonces,
deja tu aliento en mi frente,
besa mis labios inertes,
ama mi cuerpo yacente.
Dale el latido robado
a mi medio corazón.
No dejes que muera en vida,
es un castigo muy cruel.
Solo quiero no dejar de sentir
para poderte, esta vez yo, vivir.

 


 

jueves, 15 de mayo de 2014

INCONDICIONAL

Creciste, niña, buscando la sombra de aquella figura lejana.
Entre voces escolares, tu rebeldía, escupía el anhelo
de aquellos pequeños momentos de dicha con fecha de caducidad.
Fuiste madre sin ser hija.
Pero el vientre que te dio vida, está en ti cada día
y te agarras a él, viviendo cada latido.
Cada uno entiende el amor de distinta manera.
Aquella sombra extrañada, se alejó para darte una vida.
Pero entendiste a tiempo que, ella también fue hija
sin poder disfrutar de ser madre.

lunes, 12 de mayo de 2014

SE LO QUE TENGO



Tengo el alma arrugada, la frente estirada, 
una mirada perdida y un sueño roto. 
Las suelas gastadas de caminar sin dirección. 
La ilusión cansada de buscar su rincón.
Una sonrisa sin estrenar y unas lágrimas saladas,
dulces ya en mi sabor. 
Una esperanza que perdió la paciencia. 
Un oído sordo para la música alegre
y un corazón amargo para los días azules. 
Un paraguas hilvanado con suerte
que un rayo me agujereó. 
Unas gafas de cerca para mirar al futuro. 
Y en medio del caos sigo en pie 
como un junco en la tormenta
. 
Guardé todo en una caja 
y le puse un lazo rojo. 
Espero que venga Pandora 
y la abra con su enojo.
Quizás entonces se establezca
un orden caótico
que ponga fin a este absurdo 
y me devuelva la calma
que perdí en un día cualquiera
y que tanto cuesta encontrarla.

 

jueves, 8 de mayo de 2014

NANA PARA MI HIJO ALEX


 

Voy a robarle a esta noche una estrella
para hacerte un sonajero de plata.
Voy a pedirle a la luna menguante
que te acune con olas en calma.
A Morfeo un sueño prestado
que te lleve tranquilo hasta el alba. 
Esta noche serena, mi niño, 
tu madre te escribe esta nana.


 

lunes, 5 de mayo de 2014

MIS MANERAS DE DESNUDARTE


Te desnudo con la mirada y me veo de frente en tus ojos penetrantes, herméticos, insondables, firmes, inalterables, impávidos ante mi presencia.
Dulces, apasionados, serenos... a la espera de una mínima señal de debilidad.
Te desnudo con la mente, con palabras alocadas que tropiezan con el aire que las conduce hasta ti.
Frases inocentes que encierran deseos ocultos en mis labios.
Te desnudo con el cuerpo, mientras rozo tu piel con mis senos.
Juegos de caricias, besos y sensaciones que nos transportan a un mundo impreciso, inconcreto, casi irreal...
Amémonos con los ojos, hagamos que las palabras descompongan
el calor de nuestros cuerpos y lo unan en uno sólo.
Desfallezcamos hoy, pues mañana puede ahogar el deseo de ayer.|

 

 

viernes, 2 de mayo de 2014

Síntesis de " El Hombre de los abrazos". Seleccionado en el concurso de microrrelatos organizado por "Diversidad Literaria" y publicado en su libro "Otoño e Invierno"


Era otoño y la humedad de sus lágrimas calaba sus huesos inmovilizándola.
El hombre de los abrazos la estrechó y sintió desentumecer su cuerpo acompasándose con los latidos de la vida. Le devolvió el relato de su existencia para que pudiera continuar escribiéndolo y, decidida, tomo la pluma en sus manos y una página en blanco.

 

UN DESIERTO EN LA LLUVIA ( 2ª Fase en la III Edición del Concurso de microrrelatos de la Fundación Pública Gallega Camilo José Cela)



 
Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, pero hoy esta lluvia me cala. Me sobrepasa cada gota que, de manera incansable, cae sobre el asfalto gris de esta aletargada ciudad. Hoy me he dado cuenta de que ya no formo parte de la silueta famélica de sus enclenques calles y que quisiera ser vomitado fuera de ella. Cada día encerrado en su rutina me hace sentir que me ahogo. Necesito encontrar un desierto sin límites, sin sombras que me persigan, sin tráfico que ametralle mis oídos y sin gente que camine aborregada en hora punta.
 Quiero que tu ausencia ya no me importe y me abandone para siempre la idea de tu recuerdo pero con esta lluvia no puedo. El sonido del agua estrellándose en la acera del portal de mi casa invoca al de tus tacones de mujer fatal diciéndome adiós aquel día, llevándote el paraguas que nos cubría. La humedad de la atmósfera ahoga mis pulmones cargados de tu polución. Crece mi asma cuando te veo. Tu impasibilidad ante el aguacero que cae sobre mí me acatarra aún más.
Hoy, aunque llueve sin ganas es cuando más te deseo.

EL HOMBRE DE LOS ABRAZOS


Era ya otoño y la humedad de sus lágrimas ocultas calaba sus huesos manteniéndola inmóvil.
El hombre de los abrazos le ofreció refugio en su piel y ella, ávida de cariño, se entregó a su abrigo.
Entre aquellos brazos sentía la quietud del viento que rozaba sus mejillas queriéndola acariciar, suave. Cada vez que la estrechaba, un intenso hormigueo recorría su cuerpo desentumeciendo cada articulación, tornándola de nuevo al mágico movimiento que produce sentirse viva. Cada abrazo provocaba un latido perfectamente acompasado con la vida.
Las miradas sostenidas entre ellos susurraban palabras jamás contadas pero escritas hace tiempo. Narraban una historia de ilusiones perdidas y jamás recuperadas, de sonrisas convertidas en muecas y de juguetes olvidados en el polvo de algún desván.
El hombre de los abrazos le devolvió el relato de su existencia para que pudiera continuar escribiéndolo y ella, decidida, tomo la pluma en sus manos y una página en blanco.


 

COMO EL AIRE


Eres como el aire, te siento aunque no estés aquí.
Como la brisa, te enredas en  mi pelo y acaricias toda mi piel, 
y me abrazas, y me envuelves, y me acunas con tu arrullo
hasta que caigo en un profundo  sueño en la llanura de un desierto
cubierto de espejismos reales.
Como el viento me erosionas suavemente, lentamente,
y tus marcas dejan profundas huellas que provocan
el renacer de mi ser.
Y te conviertes en el azote de un vendaval, elevándome,
agitándome, en medio de la nada.
Creas un mundo de ingenua realidad soportada por tu aliento
que me mantiene a flote como una cometa llevada por un niño…
temerosa pero segura de su vuelo.
Me someto al torbellino de tu abrazo sin achicarme.
Me crezco como huracán que arrasa la maleza
durante un segundo eterno.
Invoco a las inclemencias del frío para poder tener tu calor
y tu abrigo, para aferrarme a tu empuñadura y sobrevivir.
Tras la calma, me reflejo en tu laguna, serena y llena de vida.
Abrazo los matorrales despejando su espesura y descubro
la  belleza escondida en ellos.
Respiro en profundidad y de nuevo te siento aquí.
Si... estás aquí.

 
2

DESDE MI TORRE


Desde mi torre de cristal, veo el azul del océano.
Su infinito extingue al sol, que cada día, vuelve a provocar al horizonte
encaramándose en lo más alto del cielo.
Jadeante, más tarde, desfallece amortiguado por el magnetismo atrayente
del seductor espectáculo de nereidas que lo acogen en su envolvente profundidad.
Cada día la misma contienda ficticia.
Desde mi torre de acero veo la lidia infecunda de aquellos que defienden
valores en los que no creen.
Exterminios inútiles, torpes batallas de soldados de plomo que, botarates,
enfrentan a capricho contra fantasmas de aire en patios de colegio llenos de risas esperpénticas.
Desde mi torre de piedra, ahogo el quejido de la desolación.
Callo gritos de los mudos de sentimientos sinceros.
Aquellos que improvisan corazón para desarropar a los desgraciados que sienten.
Desde mi torre menuda, observo a mi alrededor la selva de fieras, hambrientas de carroña.
Desde mi torre insondable, siento la impotencia del cobarde que espera la calma que no llega.
Aquella que le persigue por siempre en su conciencia inservible.
Valor tocando la aldaba en oídos sordos.
Desde mi torre salto al vacío y caigo arropada por mi desnudez.
Me enfrento en cueros al desafío de los elementos
curtiendo un cuerpo  hoy ya indoloro.

 

jueves, 1 de mayo de 2014

HIEDRA SALVAJE


Te esperaré en medio de ningún lugar
para que me encuentres en todas partes.
Me quedaré sentada y desnuda al abrigo
de la intemperie,curtiéndome,
filtrando la noche en mis poros
para soñarte despierta.
Aguardaré tu manto de besos,
aquellos que ofrecían calor de vida.
Mis pies desnudos echaran raíces en la tierra
y te esperaré por siempre.
Búscame en las olas del mar azul,
en el viento que sopla con fuerza,
en lo alto de aquella poderosa montaña
donde tan solo tú llegarías.
Y, si cuando llegues, no estoy, 
mira a tu alrededor y busca esa hiedra salvaje,
o ese pájaro volando en lo alto, o siente ese soplo
de aire que te acarició cálidamente
y podrás oler mi sonrisa, en ningún lugar,
en todas partes…